La música en la América Colonial del siglo XVI
Es bien sabido que el encuentro de las Culturas, ocurre al final del año 1492 (siglo XV). A partir de esa fecha no se han de producir en estas tierras importantes aportes culturales, a no ser por la fundación de la denominada Primogénita del Continente: Cumana. En tal sentido refiere la historia que la Corona Española considera, que no existe importancia ni estratégica, ni económica como para invertir en grandes proyectos de conquista he imposición de cultura, en lo que a la postre ha de ser la Provincia de Venezuela, tal es el hecho que la denominada capital de provincia será fundada luego de la segunda mitad del siglo XVI en 1567.
Es bien sabido que el encuentro de las Culturas, ocurre al final del año 1492 (siglo XV). A partir de esa fecha no se han de producir en estas tierras importantes aportes culturales, a no ser por la fundación de la denominada Primogénita del Continente: Cumana. En tal sentido refiere la historia que la Corona Española considera, que no existe importancia ni estratégica, ni económica como para invertir en grandes proyectos de conquista he imposición de cultura, en lo que a la postre ha de ser la Provincia de Venezuela, tal es el hecho que la denominada capital de provincia será fundada luego de la segunda mitad del siglo XVI en 1567.
Como es imagen del tiempo, cada tiempo tiene su música. En lo concerniente al tiempo que llamamos en la música "período colonial venezolano", sólo se conoce con precisión lo que se refiere a su etapa final, correspondiente al último tercio del siglo XVIII y primer tercio del siglo XIX, pues sólo se conservan manuscritos musicales que datan de esta época.
En otras regiones de América sí encontramos manuscritos mucho más antiguos que datan de mediados del siglo XVI. Esos manuscritos reposan en catedrales que se levantaron en ciudades virreinales como Ciudad México, Guatemala, Nueva España, Bogotá, Lima. Cada catedral poseía su capilla musical, dirigida por un maestro de capilla que era secundado por un organista y un grupo de cantantes e instrumentistas. La vida pública y sobre todo la actividad musical de las ciudades americanas giraba en torno a las catedrales.
La historia musical de America mantiene con la iglesia una deuda enorme. Esto es particularmente cierto en nuestro país que, como el resto de los países de América Latina, fue sometido a un proceso de evangelización y conversión católica de sus habitantes; sólo bajo esta condición eran otorgadas concesiones políticas y económicas en los territorios conquistados. Podemos entender entonces cómo la concepción del mundo y la moral establecida en Venezuela durante la conquista fue simplemente aquella relativa a la religión católica. Es claro, pues, que la historia cultural y musical venezolana se encuentra estrechamente vinculada a ese credo religioso.
Tal como lo expresa Guido W (1978):
El proceso de la actividad musical en Venezuela se realiza con lentitud. La
sociedad colonial alejada de los esplendores de los virreinatos, la no
incidencia de manifestaciones musicales indígenas y el aporte de los esclavos
africanos hacen que la música durante el primer periodo colonial sea de escaso
valor.
A raíz de la fundación de Nueva Cádiz, conocida como Cubagua, la historia solo refleja la actividad musical, religiosa relacionada con la veneración de la Virgen de la Caridad del Cobre, cuya imagen se estima fue llevada desde la Isla de Cuba en una fecha aproximada al 1530.
La venerada imagen sería solemnemente bendecida y entronizada en uno de los templos de Cubagua por el padre Antonio Meléndez, que en aquellos años era el beneficiario de aquel curato.
La isla de Cubagua pasó por terribles y varias destrucciones, que obligaron a sus vecinos a pasarse para Margarita, donde su párroco, Francisco de Villacorta, había poblado la Villa del Espíritu Santo. El 25 de diciembre de 1541, un terrible ciclón arrasó a Nueva Cádiz, haciendo víctimas y destruyendo la totalidad de sus casas, incluso la parroquial de Santiago.
Gracias a diversos documentos sabemos de la actividad musical en las catedrales venezolanas. La primera de éstas comenzó a ser levantada el año 1535 en Santa Ana de Coro, sede desde 1531 del Obispado de la Capitanía General de Venezuela. Desde 1536, cuando se nombró al clérigo Juan Rodríguez Robledo como 'chantre' de la catedral de Santa Ana, la música estuvo siempre presente en las celebraciones religiosas de nuestro país. Diversos documentos nos muestran el profundo interés que tuvieron nuestros obispos de acompañar nuestras festividades religiosas con la mejor música, intentos que siempre encontraron trabas de tipo económico, solventadas medianamente con las modestas contribuciones de los fieles. Frecuentemente azotada la ciudad de Coro por piratas, el Obispado de Venezuela fue trasladado a la ciudad de Santiago León de Caracas hacia el año 1636.
La Música en Venezuela durante el siglo XVII
Los orígenes de la música académica o culta en Venezuela se remontan a la segunda mitad del siglo XVII, cuando en octubre de 1673, se fundara en la ciudad de Santiago de León de Caracas, el Colegio Seminario de Santa Rosa de Lima, por edicto del obispo fray Antonio González de Acuña. Para ello tuvo en cuenta la Real Cédula de Felipe II, expedida casi un siglo antes, o sea en 1592, por la que se autorizaba la erección de este Colegio Seminario. Y por Real Cédula del 22 de diciembre de 1721, dicho colegio se transformo en la real y pontificia Universidad de Caracas.
Aunque se ha escrito que la primera escuela de música, en Venezuela, data de 1591, fundada por el español, Luís Cárdenas Saavedra, se ha comprobado que nunca existió tal escuela. Lo que realmente fundo Cárdenas fue una escuela para niños, como consta en las actas del Cabildo de Caracas, que se conservan en el archivo del consejo Municipal. El primer órgano llego a Caracas, en ese año y fue instalado en la Iglesia Mayor; lo tocaba Melchor Quintuela.
La enseñanza musical también era dominio de la iglesia. En 1640, el Cabildo Metropolitano ordenó la creación de una escuela de Canto Llano1. Para dictar una lección diaria en esta institución se contrató a un profesor con un salario de 50 pesos. Se estima que ésta fue la primera escuela de música que existió en Caracas. Luego, en 1696, se fundó en el Colegio Seminario de Santa Rosa una cátedra de Canto Llano para la cual se nombró maestro de capilla catedrático a don Francisco Pérez Camacho. En 1721, el Colegio Seminario fue convertido en la Universidad de Caracas y don Pérez Camacho pasó a retiro. Su sustituto, don Silvestre Mediavilla, no debió haber permanecido mucho tiempo ocupando el cargo que don Pérez Camacho había dejado vacante, ya que casi inmediatamente la cátedra fue cerrada, y así permaneció desocupada desde entonces hasta el año 1774 cuando el presbítero Ramón Delgado, entonces sochantre de la catedral de Caracas, la ocupó hasta 1785.
Hacia 1727 existían conjuntos instrumentales que se contrataban para figurar en el cortejo de quienes iban a recibir el doctorado en la Universidad Real y Pontificia; estaban formados por trompetas, chirimías (especie de clarinete), e instrumentos de percusión, tales como atabales (especie de tambor árabe), tambores y baquetas. Muchos de los instrumentos de fines del siglo XVII corresponden al barroco europeo debido a la dominante influencia cultural de España. Existen grandes lagunas en este espacio histórico a pesar de la labor de investigación desplegada por los musicólogos Juan Bautista Plaza y el Profesor José Antonio Calcaño.
A partir del siglo XVIII se desarrollo en el país un fecundo movimiento cultural-humanístico gracias al crecimiento económico impulsado por la producción agrícola, del cacao.
A comienzos de esta centuria se había fundado en Caracas una sociedad denominada La Filarmónica. En 1759, con motivo de la proclamación del rey Carlos III, se celebraron grandes fiestas y representaciones de comedias en San Sebastián de los Reyes ( estado Aragua), que fueron acompañadas por conjuntos integrados por clarineros, cajeros, violineros y chirimiteros, como anota el ilustre musicólogo José Antonio Calcaño; o sea diríamos hoy, trompetistas, tambores, violinistas y tocadores de chirimía, que como ya se menciono anteriormente era un instrumento bastante parecido al clarinete.
Existía pues un movimiento musical, quizás no bien organizado, pero que rendía provechosos frutos a la comunidad esto se comprueba por un documento de 1776 que menciona una orquesta que toco algunos conciertos, para festejar, en Caracas las Bodas del príncipe de Asturias en Madrid. El historiador Arístides Rojas afirma que en 1750 se fundó, en Caracas, una orquesta y relata la presentación en esta ciudad de un Auto a nuestra señora del rosario, cuya partitura contenía trozos para los personajes y partes para coro, además de la orquesta. En 1770 fueron traídos de la ciudad de México, 29 violines, y para las fiestas del Corpus de 1781 el Ayuntamiento contó con una orquesta de violines, violas, violoncelos. contrabajos, flautas, clarinetes, oboes, trompas, trompetas y bajones (fagotes).
Este es el movimiento musical que precede a las actividades del presbítero Pedro Palacios y Sojo (1739-1799), tío de Simón Bolívar, a quien el humanista y maestro Andrés Bello, en un articulo publicado en 1826 en su periódico El repertorio Americano le distingue como el fundador de la música en Venezuela. A él le tocó, pues, orientar a la primera generación de músicos, llamada la Escuela clásica o primera generación , formada por Juan Manuel Olivares (1760-1797), José Francisco Velásquez (1756-1805) y José Antonio Caro de Boesi, de quien se ignora la fecha exacta de nacimiento y muerte.
De Juan Manuel Olivares, considerado el músico más culto de este periodo, no se ha averiguado cómo alcanzo la excelente formación técnica que se aprecia en sus obras. Caro de Boesi fue, de este grupo, el de mayores conocimientos y su empleo del contrapunto vocal demuestra una superior formación que sus dos contemporáneos citados. Su misa en re, también llamada el esclavo vendido, a la práctica de los antiguos maestros polifonistas, es una de las partituras religiosas de mayor jerarquía de la música colonial.
Lo que llama la atención de estos músicos, así como la de los posteriores, que fue su contemporaneidad. A la manera de los clásicos europeos del siglo XVIII, en algunas de sus páginas se aprecia el estilo de Haydn, Gluck, Mozart, Pergolesi, Pleyel, así como de los operistas Italianos del siglo .
No se ha podido comprobar si el padre Sojo era compositor o un simple aficionado, pero no cabe duda que fue el alentador de este primer movimiento que do estimulo al segundo, ya limitado por el romanticismo Beethoveniano.
Hacia esta época, último tercio del siglo XVIII, , se desarrolló un sorprendente movimiento musical en Caracas. A partir de entonces comenzamos a tener una idea más precisa de la música del período colonial venezolano, gracias a una significativa cantidad de manuscritos musicales que conservamos de este tiempo. Entre esos manuscritos destaca la partitura de una Misa de Difuntos a tres voces compuesta por José Antonio Caro de Boesi "para el uso del Oratorio del Patriarca San Felipe Neri de Caracas". De todos los manuscritos de esta época, éste es el más antiguo. En la primera página aparece una inscripción en tinta: "Año 1779". Conocemos muy poco de la música que se producía en Caracas antes del aparecimiento de esta obra.
Desde finales del siglo XVI, 'chantres', organistas y maestros de capilla de las catedrales de Coro y Caracas, escribieron obras para el servicio religioso. Entre estos músicos cabe nombrar a los ya mencionados Juan Rodríguez Robledo, chantre de la catedral de Santa Ana de Coro desde 1536; Francisco Pérez Camacho, bajonista2 de la catedral de Caracas en 1682, maestro de capilla cinco años más tarde, catedrático de música del Colegio Seminario de Santa Rosa desde 1696. Habría que mencionar a Ambrosio Carreño, nacido en Caracas en 1721 y formado musicalmente por un organista de la catedral, el Padre Jacobo Miranda. Ambrosio Carreño, maestro de capilla de la catedral de Caracas entre 1749 y 1778, dedicó su vida entera a la música, fue maestro de varios músicos de finales de la Colonia, entre quienes destacan Pedro Nolasco Colón.y don Bartolomé Bello, padre de Andrés Bello.
El importante movimiento musical que se consolidó en Caracas hacia la última parte del siglo XVIII, tuvo su impulso fundamental en la figura del Padre Sojo. Don Pedro Ramón Palacios y Sojo, hermano del abuelo materno de Simón Bolívar, nació en Guatire, actual estado Miranda, el 17 de enero de 1739. Era un fiel y empedernido amante de la música; fundó en Caracas una congregación semejante a la del oratorio San Felipe Neri que ya existía en Italia desde 1564. Este oratorio se había caracterizado desde su creación por haber tenido la música como un valioso instrumento de propagación de la fe religiosa. El Padre Sojo viajó a Italia y a España para obtener la aprobación del Papa Clemente IV, la cual le fue otorgada el año 1769, quedando establecido el oratorio, en Caracas, el 18 de diciembre de 1771. Su sede se ubicaba en la actual esquina de Cipreses, ahí donde hoy se levanta el Teatro Nacional.
En la época cuando se fundó ese oratorio, ya había algunos jóvenes que poseían conocimientos musicales. El Padre Sojo se dio a la tarea de agrupar estos talentos dispersos; encargó a uno de ellos, a Juan Manuel Olivares, el adiestramiento musical de otros jóvenes, quienes constituirían las dos generaciones de músicos venezolanos que hemos llamado "Escuela de Chacao", pues estos músicos pasaban temporadas en la hacienda que poseía el Padre Sojo en Chacao, específicamente en la zona caraqueña que hoy llamamos La Floresta. Durante estas temporadas, seguramente recibían enseñanza de Juan Manuel Olivares. Son estos compositores los que produjeron el notable repertorio de música escrita en estilo clásico que constituye el acervo musical de la colonia venezolana. El grueso de la producción de la Escuela de Chacao está constituido por música del género sacro: misas, te deum, motetes, graduales, lamentaciones, pésames, tonos de Navidad, ofertorios, salves, entre otras formas musicales asociadas a las festividades católicas. No se descarta que hayan escrito obras profanas, pero de este género sólo sobrevive el Dúo de violines atribuido a Juan Manuel Olivares.
3 comentarios:
Me pregunto...y le pregunto a ud.
No tuvo nada que ver Canarias en el folklore y la música de Venezuela?
Cumaná por ejemplo es fundada por canarios...
En Margarita existe la fulia, en Canarias la folia, existe la malagueña, en Canarias tambien. El cuatro venezolano en Canarias tiene 5 cuerdas.
Si profundizamos un poco averiguamos algo mas, y por favor, no confundir Canarias con España, no es lo mismo, ya lo dijo Bolivar...españoles y canarios.
Un saludo.
Espero aún chequee su blog, necesito comunicarme urgentemente con usted por favor... agarciapinto@gmail.com
...(OBSERVE)..(USTED DICE:Es bien sabido que el encuentro de las Culturas, ocurre al final del año 1492 (siglo XV). A partir de esa fecha no se han de producir en estas tierras importantes aportes culturales... -( LE ACONSEJO QUE BUSQUE DATOS PUES LA VALORACION CULTURAL SIGUE MOSTRANDO CAMBIOS Y DESCUBRIMIENTOS SIGNIFICAVOS DESDE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS Y SU TRATADO DE LA MUSICA DE SER MAS INVESTIGADO EN EL CAMPO CLARO SIN DEJAR DE UN LADO LO ACADEMICO COMO APORTE..EL ENCUEnTRO DE CULTURAS GENERA ELEMENTO SINCRETICOS PERO TAMBIEN DE IMPOSICION QUE AMINORAN MANIFESTACIONES UNICAS. VES
Publicar un comentario